jueves, 23 de diciembre de 2010

Energías geológicas internas de la Tierra

Las energías externas, en definitiva, son las que provienen del Sol, derivando en el agua, el viento, etc.

Pero las energías internas son, como la palabra indica, las que provienen del interior de la Tierra y derivan en erupciones volcánicas, desplazamiento de placas, etc.

En el interior de la Tierra la temperatura es altísima, por lo que, debido a las diversas densidades que ello conlleva, el magma (material incandescente en el interior de la Tierra) asciende, presionando el terreno por debajo, agritándolo y produciendo una erupción en el caso de los volcanes.
*Véase entrada "Capacidad devastadora de los volcanes".



Sin embargo, si esa presión choca contra el borde de una placa litosférica, no surge una erupción volcánica, sino un desplazamiento de placas.
La Litosfera está formada por un conjunto de placas que se desplazan continuamente debido a la tectónica de placas, que consiste en lo de que el magma caliente asciende, presionando y desplazando las placas, y el magma frío (por haberse acercado a la superficie) desciende, ocupando el lugar del caliente y volviendo a reactivar el ciclo.



Cuando dos placas chocan, el terreno se eleva y surgen grandes cordilleras, además de terremotos en el continente y maremotos en el mar; mientras que si las placas se separan, se forman inmensos huecos en el terreno, siendo dorsales oceánicas en el mar y extensos valles y fallas en el continente.



Todo esto nos indica que bajo nuestros pies existe un complejo submundo que maneja al mundo superficial, colocando los continentes a su antojo, ya que, desde que sólo había un continente (Pangea), han habido cientos de intervenciones de las energías geológicas internas hasta acabar configurando el mundo que conocemos.

sábado, 11 de diciembre de 2010

La célula

Como ya he mencionado antes, la célula es la mínima unidad viviente que existe; esto quiere decir que es la unidad mínima estructural (todos los seres vivos están formados por, al menos, una célula), funcional (capaz de nutrirse, relacionarse y reproducirse) y reproductora (toda célula procede de otra anterior) de todo ser vivo.

Se clasifican en procariotas (organización sencilla, material genético disperso...) y eucariotas (organización compleja, material genético concentrado...). La mayoría de los seres vivos, como plantas y animales, están formados por células eucariotas; mientras que unos pocos, como las bacterias, están constituidos por procariotas.



La célula de la imagen anterior es una célula eucariota animal y todas las eucariotas están constituidas por:
-Una membrana celular que la delimita y separa del medio externo.
-Un núcleo donde se encuentra el material genético delimitado por la membrana nuclear. Dirige el funcionamiento celular.
-El citoplasma, que es la parte que hay entre la membrana celular y la membrana nuclear. Contiene los orgánulos que trabajan coordinadamente para realizar correctamente las funciones vitales de la célula y, por lo tanto, del organismo.
-Una pared celular (exclusiva de las células vegetales) que protege la célula.

Las células se especializan con diversas funciones y se agrupan formando tejidos (véase "Organización jerárquica de la vida") para desempeñar la misma función con más facilidad; por ejemplo, las neuronas se agrupan en tejidos nerviosos para transportar mejor el impulso nervioso.

Sin las células, no podría haber vida, ya que son los elementos mínimos indispensables que debe tener cualquier ser vivo para poder vivir, crecer y reproducirse.